Se configura como una estrategia para el desarrollo de habilidades del siglo XXI en los docentes en la línea de las competencias definidas por Hontanares, que, utilizando metodologías innovadoras, busca la construcción de soluciones concretas a los problemas reales que experimenta la sociedad.
El laboratorio incorpora pedagogías como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABPr), recursos tecnológicos y metodologías ágiles para que tanto el estudiante como el docente sean protagonistas del diagnóstico, investigación, diseño e implementación de las soluciones. Aunque los docentes son los principales actores de esta apuesta, está previsto que el proyecto acoja a otros actores interesados en la educación del futuro como lo son investigadores de instituciones educativas de la región y el país. Así como emprendedores, representantes de instituciones de educación superior, representantes del gobierno, empresarios, directivos docentes, entre otros.
La idea de pensar la escuela como un laboratorio se configura de la mano del docente investigador y de la configuración del ambiente como tercer maestro, de tal manera que por medio de rutinas de aprendizaje el estudiante encuentre cualquier espacio como un espacio propicio para el aprendizaje.